Me gusta que llegue tu cumple y darme cuenta que no tengo grandes cosas que decirte. Será que pudimos construir una vida juntos donde cada día te pueda decir lo más importante: que te amo.
Veo como fuiste transformándote en un hombre responsable, sensible, justo. Tenés una facilidad para apreciar las situaciones complejas de la vida que es sorprendente, porque recién a partir de hoy tenés diecisiete años. Siempre busco tu opinión, porque se que mirás cada cosa desde distintos lugares, y que tenés un don natural para comprender los sentimientos de los demás. Estoy tan orgullosa de vos que no encuentro las palabras que puedan describir todo lo que siento.
Y te amo como puedo y como me nace: intensamente, con todo el corazón, con el alma y trascendiendo cualquier limitación de tiempo y espacio. Y te se absolutamente libre. Y ni siquiera necesito tenerte cerca para ratificar ese amor. Porque sos libre y me alegro que lo seas.
Seguí usando siempre esa mente fantástica que tenés, pero no dejes nunca de escuchar tu corazón. Aprendé a aquietar los pensamientos, los ruidos internos, la voz de los “tenés que”. Intenté transmitirte los menos posibles. Hay momentos en la vida que hay que oir la intuición. Y vos tenés una intuición poderosa. Nunca la descuides.
A veces descubro la dulzura de los ojos de tu abuelo en tus ojos…
Y todo lo demás, que sólo podemos sentir y no hay forma de ponerle palabras, ya lo sabés. Me parece muy poquito, muy pálido, muy escuálido, pero te dejo las únicas dos palabras que sirven para aproximarse a lo que siento: te amo. Feliz cumple!!!!!. Mamá.