Sólo que a veces nos gusta creer que no lo somos, que no podemos, que las circunstancias nos condicionan, que los problemas económicos, que los hijos, que la pareja, que el trabajo, que los bla, bla, bla, bla, bla.
Cuando tomamos consciencia de nuestra libertad, nada es igual…
Fundamentalmente porque ya no podemos mentirnos más. Porque sabemos que siendo libres, siempre podemos. Porque tenemos que admitir, que en realidad, no queremos. Porque tenemos que reconocer que nadie puede aprisionarnos, ni presionarnos, ni condicionarnos. Sólo nosotros.
asi es, pero no es tan facil decir SOY LIBRE ….
No importa si podés o no podés decir «soy libre». Lo sos.
No importa si te sentís o no te sentís libre. Lo sos.
No importa si los demás se dan cuenta que sos libre. Lo sos.
El tema es que hagas lo que hagas, igual seguís siendo libre. No hay nada que pueda aprisionar tu esencia, tu espíritu.
Los límites los ponemos nosotros.
Las personas somos nosotras y nuestras circunstancias, si, pero las circunstancias son modificables. No pueden ser más fuerte que nosotros.
Elegimos, siempre elegimos, siempre decidimos. Ya sea dejándonos llevar, ya sea flotando como corchos, ya sea haciendo. Pero siempre somos nosotros los que estamos tomando una determinada posición.
Y puede parecernos que somos «víctimas» de las circunstancias, pero no, no es cierto. Aceptamos el papel porque es preferible eso. Ahí está nuestro poder de decisión.
Lo importante es ser consciente de que siempre vivimos ejerciendo esa libertad. Porque al ser conscientes, nos hacemos RESPONSABLES. Y al hacernos responsables, dejamos de quejarnos del destino, de la vida, de los hijos, de la pareja, del gobierno, de etc, etc, etc.
No importa si podés decir o no decir «soy libre». SOS LIBRE.