«La gente piensa que enfocarse significa decir sí a lo que te tienes que enfocar. Pero no signfica eso en lo absoluto. Significa decir no a las cien otras ideas buenas que hay. Tienes que escoger con cuidado. Estoy tan orgulloso de las cosas que no hemos hecho como de las cosas que he hecho. Innovación es decir no a 1,000 cosas». (Conferencia Mundial de Desarrolladores de Apple, 1997)
Steve Jobs nació el 24 de febrero de 1955. Llamativamente, pese a que esa fue la fecha más importante de su vida, hoy todos recuerdan que hace un año atrás se produjo su muerte.
Con una historia de abandonos desde el mismo momento en que su madre, Joanne Schieble, y su padre, Abdulfattah John Jandali, decidieron darlo en adopción y la pareja que iba a adoptarlo se echó para atrás porque a último momento decidieron que en realidad querían una niña. «Abandonado», «elegido», «especial». Creativo, rebelde, intenso, desapegado del materialismo, uno que supo hacer las cosas simples. Minimalista en formato Bauhaus, con una estética definida en lo que se conoce como el mantra de Apple: «la sencillez es la máxima sofisticaciòn». Nadie que mire una de sus creaciones puede ignorar que se tratan de auténticas obras de arte. Buscador incansable de la perfección, una perfección que radicó siempre en la simpleza, en las líneas despojadas, en las curvas suaves, en los metales pulidos. «Los auténticos artistas simplifican». Su objetivo nunca fue ganar mucho dinero, sino fabricar el mejor producto: «Ser el hombre más rico del cementerio no me importa». El «no se puede» era una frase inexistente en su haber. Admirador del científico Alan Kay, seguía una de sus frases de cabecera: «La mejor forma de predecir el futuro es inventarlo».
No encontré todavía nada que supere este discurso, escrito por el mismo Jobs. Con sus tres ideas principales: conectar los puntos, el amor y la pérdida y la concepción de la muerte, lo dejo, nuevamente aquí, para compartirlo.
«Sigan buscando, no se conformen». Steve Jobs.
Steve, stay hungry, stay foolish.
Que humildad, que historia hermosa, me encanto…