Algo…

Pocos momentos hay en la vida tan serenos y livianos como el posterior a un duelo, ese instante donde nos damos cuenta que quedamos del lado de la vida, que la vida ríe sol por todas partes y que tenemos nuevamente una hoja en blanco para hacer lo que queramos…

Yo elijo ponerle colores y música, formas y sabores, aromas, texturas y caricias…

Hay quienes eligen morirse todos los días, de a poquito, en una lenta agonía de mediocridad.

Hay que desatar los fantasmas y dejarlos partir.

Yo elijo estar del lado de la vida… y que la vida siga sorprendiéndome.

Entre todas las canciones del mundo, esta es una de las que más me gusta. Hoy me la regalo.

La crisis según Albert Einstein