Qué entiendo hoy por “cocina saludable”?

La vida es dinámica. Cambia todo todo el tiempo. Incluso un mismo concepto que te parece en un momento de tu vida sólido e inamovible, no sólo “puede” cambiar sino que muchas veces que cambie implica que estás evolucionando.

Por eso, el concepto de qué es una cocina saludable también ha cambiado muchísimo a lo largo de los años. Y yo necesitaba tomarme un tiempo para revisarlo y plantearme qué entiendo hoy, agosto de 2022, por una cocina saludable.

Más allá de los distintos tipos de dietas o etiquetas que le pongamos a los alimentos, quiero concentrarme en lo más básico de todo: cosas que son alimento, o sea que nos nutren, y cosas que no.

Este es el primer tamiz bien bien grande, y te puedo asegurar que deja afuera a muchísimas cosas que nos venden como alimentos pero que no lo son. Y si, me refiero fundamentalmente a los productos ultraprocesados.

Así que, con la intención de tener un concepto amplio sobre la cocina saludable, puedo en primera instancia pensarla como la cocina que se aleja de los productos ultraprocesados que nos ofrece la industria alimentaria y se concentra en alimentos reales.

Claro… esto deja muchas más cosas afuera de las que te imaginás. Porque el azúcar blanca y la harina, por ejemplo, son ultraprocesados. Así que vamos a tener que echar mano a la flexibilidad para empezar a delinear mejor el concepto.

Creo firmemente que una cocina saludable es una cocina sin ultraprocesados y sin azúcar. Y al decir “sin azúcar” dejo afuera a todos sus equivalentes, como ser cereales y legumbres. Hay muchas personas que por padecer determinadas enfermedades crónicas necesitan una cocina saludable de estas características. Como por ejemplo los casos de hipertensión, de diabétes, personas cursando cáncer, etc.

También creo que una dieta cetogénica o keto es alimentación saludable y que es la que mayores beneficios aporta a cualquier persona, con o sin enfermedades o patologías de base. Lo mismo que los ayunos intermitentes que practico casi todos los días.

Ahora bien, entre este punto y el otro extremo, hay un camino larguísimo. Y el concepto “cocina saludable” no es estático ni único, sino flexible y adaptable a cada caso particular. Porque evidentemente cada persona es única y tiene particularidades únicas.

Mientras duró mi tratamiento oncológico fases 1, 2. 3 (cirugía, quimio, radioterapia) fui estrictamente keto, meses sin permitidos. Hoy, que curso mi fase 4 (terapia hormonal), soy keto un 90% del tiempo, con un 10% de permitidos. Pero, por qué? Porque vivo en un lugar -Italia- donde la calidad de los alimentos y la forma de preparación de los mismos me permite ser flexible. Y el mejor ejemplo son las pastas y la pizza. Las pastas italianas están hechas con un grano de trigo duro que contiene muchísimo menos gluten que otras. La pizza y el pan italianos tienen procesos de fermentación raramente inferiores a las 72 horas, lo que permite mejorar la calidad de ese producto y bajar notablemente la inflamación que trae aparejado su consumo.

También soy consciente que igualmente el consumo, aunque ínfimo, aislado y poco frecuente, de pastas y pizza me trae como consecuencia un proceso inflamatorio. Pero dentro de la flexibilidad metabólica que hoy puedo permitirme, lo acepto y aplico una mirada mucho más holística a mi propia persona: el placer y la felicidad de compartir un alimento que disfruto profundamente son tan altos que me producen una vibración energética de tan buena calidad que compensa la inflamación que puedan generar en mi intestino. Y luego, al volver a mi dieta de base que es cetogénica limpia en un 90%, mi cuerpo se reconstituye feliz y agradecido.

Por eso, este concepto de alimentación saludable es el que yo vivo en mi día a día y el que considero mejor y más adecuado para todas las personas y en especial para aquellas con determinadas patologías. Si estás leyendo esto o escuchando el video, y estás cursando una enfermedad como el cáncer, te recomiendo desde lo más profundo de mi corazón que te alejes del azúcar en todas sus formas: dulces, harinas, legumbres, frutas y que consultes con un médico oncólogo que entienda sobre alimentación cetogénica, sobre ayunos intermitentes, etc (que los hay y muy buenos, aunque no son la mayoría de los oncólogos lamentablemente).

Todo esto también implica que cuando veo recetas que dicen “sin azúcar” que contienen harina de arroz o de garbanzos, cierto monto de indignación me invade, porque eso implica un grado de ignorancia de quien está vendiéndote una receta “sin azúcar” que puedo entender en un amateur pero no en personas que eligieron como profesión ser nutricionistas o health coachs. Harina de arroz, arroz, garbanzos y similares son metabolizados como azúcares por tu cuerpo, sino, lee las etiquetas y fíjate la cantidad de carbohidratos que contienen estos productos.

Significa esto que tenés que dejar de consumirlos? Depende! Depende del estado de tu salud, depende de como acepta tu cuerpo estos alimentos, depende si tenés sobrepeso, depende si estás en tratamiento por alguna enfermedad!

Significa esto que voy a subir recetas sin estos ingredientes? También depende, porque muchas veces, en ese 10% que me permito de libertad en mi alimentación, consumo alimentos que contienen azúcar o que se metabolizan en azúcar. Por lo tanto, no puedo ser hipócrita y de la misma forma que hoy gracias a mi estado de salud puedo permitirme una salida en la que como lo que tengo ganas sin pensar en mi alimentación cetogénica, también puedo subir recetas para que cada uno, ejerciendo su libre albedrío, coma lo que prefiera.

De hecho, si vas a comer algo con mucha azúcar, y querés que sea lo más “saludable” posible, cocínalo vos mismo con ingredientes que sean alimentos reales! De esa forma, al menos, vas a evitar los ultraprocesados extremos, los saborizantes, los estabilizadores, la larga lista de etc que contienen los productos de la industria alimentaria.

También estoy pensando en implementar un disclaimer avisando el contenido en azúcar y recordándote que el azúcar no es beneficiosa para tu salud.

Espero que estos conceptos te sirvan tanto como me sirvió a mi repensar mi cocina y qué es hoy, agosto de 2022, una cocina saludable y qué tengo ganas de compartir con vos en las redes sociales.

Qué vas a encontrar en la cuenta de Instagram o en el Canal de YouTube? No sólo recetas de cocina sino temas relacionados con una forma de vida más saludable. Quizás te cuente un poco más sobre qué cosas me hacen profundamente bien a mi salud y te cuente qué entiendo hoy por salud, no porque esto sea LA verdad, sino porque esto es mi forma de ver las cosas hoy. Hoy que voy logrando una mirada mucho más holística, más integral, que no sólo tengo en cuenta la salud física y mental sino también la salud espiritual. Algo que me dejó pasar por el cáncer y aprender a vivir “un día a la vez” como tengo tatuado. Algo que me llevó a elegir formarme como master Reiki en lugar de hacer el curso de health coach.

Y siempre teniendo en cuenta que esto es lo que creo firmemente hoy, pero que si, siempre, siempre, siempre, puedo cambiar y seguir cambiando. Porque eso es estar vivo.

Grupos de alimentos para la alimentación keto

Para simplificar la comprensión y la lógica de la alimentación cetogénica es conveniente agrupar los alimentos y pensar qué aporte en carbohidratos nos proporcionan.

En el grupo de las grasas naturales con cero carbohidratos vas a encontrar los aceites como el de coco y oliva, la manteca, la crema. Dependiendo de tus objetivos vas a seleccionar los más adecuados a tu salud. Si estás en un plan de descenso de peso podés dejar la crema para ocasiones especiales o directamente para más adelante, ya que el aporte calórico es muy elevado.

Después vas a ver qué hay casos especiales como la palta o las aceitunas que también vamos a considerarlas grasas a la hora de armar un plato.

En el grupo de los pescados y mariscos, todo tipo de pescados, y también el aporte de carbohidratos será de 0 gramos. Y tenés una variedad enorme de posibilidades!

Si te gusta el pescado podrías hacer de este grupo tu principal fuente de proteínas y dejar la carne roja y el pollo para una ingesta semanal.

Las carnes de todo tipo tampoco aportarán carbohidratos a tu ingesta. Acá entonces vas a contar con todo tipo de carne vacuna, de pollo, de cerdo y de caza.

Una aclaración merecen las achuras. Las naturales tienen la misma condición que el resto de la carne. La duda se presenta en los chorizos y morcilla, ya que salvo que en la etiqueta indique específicamente que no contiene agregados que aporten carbohidratos (almidones, azúcares, etc), sería mejor evitarlos.

Recordá siempre que es MUY IMPORTANTE que leas las etiquetas de los alimentos para saber cómo están compuestos. Y SIEMPRE va a ser mejor elegir alimentos NO elaborados, naturales, sin procesar.

Ahora es el turno de nuestros grandes aliados a la hora de iniciar una alimentación baja en carbohidratos: los huevos!

Un huevo tiene un aporte aproximado de medio gramo de carbohidratos, por lo tanto 2 huevos van a aportarte sólo 1 gramo de carbohidratos. Y el poder nutritivo y saciador de los huevos es altísimo.

Desde que comencé este nuevo estilo de alimentación siempre tengo en mi heladera un bowl con una buena cantidad de huevos hervidos para comer cada vez que tengo hambre. De hecho, al principio, cuando sentía hambre, una buena ayuda era pensar si tenía ganas de comer un huevo duro. Si no tenía ganas de comer huevo yo sabía que se trataba de un antojo y no de hambre.

Uno de las razones por las cuales me mantuve en este tipo de alimentación y no pienso cambiarla es que nunca me permití pasar hambre. Cómo psicóloga conozco perfectamente las consecuencias nefastas que tiene vivir en estado de restricción alimentaria constante.

Una dieta donde la constante es pasar hambre es insostenible en el tiempo y genera un stress absolutamente negativo para el organismo y para la salud mental de las personas.

Por ende, mi consejo desde la Psicología es que si una dieta te produce como consecuencia que pasas hambre, te detengas a pensar si estás en el camino correcto.

El hambre te coloca en una situación de alerta que genera una serie de reacciones hormonales en tu cuerpo sobre las que vamos a profundizar más adelante.

Hablemos de queso, hablemos de amor! Amo el queso, por lo tanto, no podría seguir ninguna dieta que no lo «permitiera». Los quesos tienen, en general, entre 1 gramo a 5 gramos de carbohidratos por cada 100 gramos de producto. Por lo tanto, lo que hago en mi caso es pensar que todos los quesos tienen 5 gramos de carbohidratos y así evito excederme.

Nuevamente, ayúdate con las etiquetas para saber el aporte en carbohidratos de cada variedad, pero consumilo con moderación, ya que es muy fácil perder la noción de cuánto queso estamos comiendo.

La buena noticia es que -salvo que por alguna patología tu médico te haya desaconsejado su consumo- no tenés que prescindir del queso en tu vida.

Nuestra principal fuente de carbohidratos deberían ser los vegetales.

Y una de las fórmulas para que tu alimentación cetogénica sea saludable es incluir vegetales siempre siempre en tus comidas

Obviamente no podés incluir cualquier tipo de. Euge tal ya que en algunos el aporte de carbohidratos es demasiado elevado, como es el caso de los deliciosos tubérculos.

La forma más sencilla de evaluar cuáles si y cuáles no sería: si crece debajo de la tierra, descártalo (al menos al principio). Si crece por arriba de la superficie, preferí siempre las hojas verdes y luego, a averiguar y pesar.

Casi todas las verduras de hoja tienen 1 gramo de carbohidratos cada 100 gramos de verdura, por lo tanto, podés armarte un plato que la mitad sean verduras de este tipo y que el resto del plato estuviera compuesto por una cantidad moderada de proteínas y una buena cantidad de grasas saludables como la palta (que a pesar de ser una verdura la consideramos un aporte graso vegetal), el aceite de coco o el aceite de oliva.

Las mejores verduras para la dieta keto son las siguientes:

Coliflor, repollo, palta, brócoli, pepino, albahaca, espárrago, verduras de hoja en general, Chauchas, re pollitos de Bruselas

Continuará

Hamburguesas veganas y mayonesa de zanahorias

hamburguesasveganasMi amiga Mariela es una tirana. No sólo le enseño en vivo y en directo mis recetas, sino también me exige que suba las cosas al blog así las tiene a mano. Hoy pasamos un buen rato hablando de cocina saludable y de ingredientes, y le preparé unas hamburguesas veganas bien nutritivas. Me queda pendiente que pruebe la mayonesa de zanahoria, pero sumo la receta porque es muy fácil de preparar e ideal para acompañar ésta u otras preparaciones o como dip, y una buena alternativa para quienes, por alguna razón, no quieren comer huevos.

Como ya me llegó el mensaje pidiendo que suba la receta, me preparo un te y me dispongo a compartir la alquimia, aclarando antes que es una combinación y adaptación a las preferencias culinarias que predominan en mi hogar, de recetas aprendidas de otras cocineras que también compartieron su saber, como Delfina Ekmekdjian y Daksha Devi ♥

Hamburguesas veganas

Ingredientes

300 gr de arroz yamaní cocido

100 gr de mijo cocido

100 gr de quinoa cocido

500 gr lentejas cocidas

1 cebolla mediana

Morrón verde, medio grande o uno chico

Morrón rojo, medio grande o uno chico

Ajo picado, a gusto (suelo ponerle mucho ajo a mis preparaciones, porque le dan a la comida el alma misma de la cocina. TIP!: si te cae mal el ajo crudo, herví durante 5 a 10 minutos dientes de ajo con su cáscara y después que se enfríen los procesas y los guardas en aceite hasta 3 días en la heladera)

2 cucharadas de semillas de chia hidratadas (en 6 cucharadas de agua)

condimentos a gusto: podés usar los más variados. Para un sabor más tradicional, sal (en lo posible sal rosada), orégano, pimienta, nuez moscada, pimentón dulce. También podés experimentar otros sabores con curry, cúrcuma, comino, masala ahumado, etc.

Opcional: fécula de mandioca (o de maíz), 3 cucharadas.

Preparación

hamburguesavegana2Dejar el arroz, la quinoa, el mijo y las lentejas en remojo toda la noche. Esto facilitará la cocción. También podés preparar desde el día anterior las semillas de chía en agua para que se hidraten. En el caso que decidas incorporar a tu alimentación en forma regular semillas de chía, podés tener un frasco en la heladera con semillas hidratadas y usarlas para reemplazar el huevo en muchas preparaciones. La proporción para hidratar es siempre 1:3 (una parte de semillas, tres partes de agua), y podés tenerlas en la heladera por una semana sin que se fermenten.

La cocción de los cereales y las legumbres para preparar hamburguesas es fundamental, ya que incluso es preferible pasar un poco el punto de cocción a que lo granos queden duros.

La combinación de hamburguesas que podés hacer es tanta como te sugiera tu imaginación y los ingredientes que tengas en tu casa.

Cortar la cebolla y el morrón en cubos lo más pequeños posible, sudarlos en aceite vegetal neutro o en aceite de oliva y reservar.

Podés agregarle a las hamburguesas otros vegetales, como ser zanahorias, zuchinis, espinaca, etc.

Ponés en un bol el arroz, la quinoa, el mijo, las lentejas, las cebollas y morrones sudados, el ajo picado, las semillas de chia hidratadas y mezclas, con la mano o con cuchara. El objetivo es obtener una masa húmeda con la que se pueda formar una bola y aplastarla. A mi me gusta mixear la preparación, pero no en su totalidad. Opcionalmente se le puede incorporar a esta preparación tres cucharadas de fécula de maíz que favorecerán el ligue.

Moldear bolas del tamaño deseado (pueden ser grandes como para pan de hamburguesa o más pequeñas), aplastarlas y colocarlas en una fuente apenas aceitada. Cocinar en horno que no supere los 200º C, durante diez minutos, dar vuelta las hamburguesas y cocinar diez minutos mas.

Pueden freezarse cocidas y recalentarse en microondas, horno o sobre la plancha.

Mayonesa de zanahoria (veganesa)

Para lograr una crema de zanahorias con la textura de la mayonesa es fundamental que la zanahoria esté muy bien cocida (y así formar emulsión con el aceite). Recomiendo la cocción al vapor para no perder nutrientes.

La indicación de cantidades debe ser controlada y rectificada a gusto. El aceite de oliva tiene una presencia fuerte en esta crema, es mejor usarlo con moderación y agregarlo en forma paulatina. El limón es fundamental, pero también hay que agregarlo de a poco e ir probando.

Ingredientes

Zanahorias 2 unidades medianas

Aceite de girasol 1/2 taza

Aceite de oliva c/n

Jugo de limón 2 cucharadas

Sal c/n

Pimienta c/n

Opcional: perejil

Preparación

Poner todos los ingredientes en la jarra de una licuadora o de mixer y procesar hasta que todos los ingredientes se integren y formen una crema. Probar y rectificar los sabores.

Se puede guardar en la heladera por tres días.

Bon appetite!!!!

Masa integral para tartas #recetas

masatartaintegral16La harina integral es el resultado de la molienda del grano entero de trigo, incluída su envoltura o «cáscara». Por eso se trata de una harina con un buen aporte de fibra, vitaminas, minerales y más pesada. Su sabor también cambia, resultando más fuerte y salvaje y a la hora de trabajarla en la elaboración de panes requiere más tiempo en su amasado y su levado por generar menos cantidad de gluten.

Se puede usar sola o combinada con harina blanca o con otras harinas. En este caso voy a compartir una receta básica de masa integral para tartas.

Se puede hacer en forma manual o con batidora o procesadora.

Se pueden incorporar a la masa especias para saborizarla o semillas para enriquecer su valor nutritivo. En el caso de incorporarle semillas (chia, lino, sésamo) es conveniente molerlas para facilitar su digestión.

Ingredientes para una tartera de 22 cm

masatartaintegral1Harina integral 250 gr

Manteca 125 gr

Agua 35 gr (3 cucharadas aprox)

Huevo 1 unidad

Sal 5 gr (una cucharita de café)

Se puede preparar esta masa con el método de sableado en forma manual, cortando la manteca fría en pedazos muy pequeños y mezclando con la harina, hasta formar un arenado. Este procedimiento también puede realizarse en procesadora. En el paso a paso voy a explicar cómo realizarlo con una batidora.

masatartaintegral2Poner la manteca en la batidora y batirla hasta que esté a punto pomada.

masatartaintegral4Incorporar la harina integral y seguir batiendo hasta que se forme un arenado.

masatartaintegral5Disolver la sal en el agua y agregarle el huevo, batir ligeramente hasta que se integren. Incorporar ese batido de huevo sin apagar la máquina hasta que apenas tome la masatartaintegral6masa.

 

Formar un bollo (sin amasar) en la mesada y frezarlmasatartaintegral7o.

La acción de frezado consiste en aplastar y estirar la masa con la base de la mano para lograr una total incorporación de todos los ingredientes.

Repetir esta operación un máximo de dos veces.masatartaintegral8

Con la masa formar un «ladrillo», enfilmarlo y guardarlo en la heladera por
dos horas (tiempo mínimo para que la harina se hidrate). También puede guardarse en la heladera  y luego pasarlo al freezer hasta el momento de ser utilizado.

masatartaintegral9En el momento que queremos preparar la tarta sacamos el bollo de la heladera o el freezer y lo cortamos en cubos. Le vamos a aplicar calor con las manos a cada cubo y luego los vamos a unir para formar la masa nuevamente.

masatartaintegral10Estiramos la masa en forma redondeada de un tamaño que permita cubrir la base y los bordes de la tartera. Aceitamos o enmantemos apenas una tartera de 22 cm.

masatartaintegral11Para poder ubicar la masa en la tartera sin que se rompa (es una masa de manteca y de harina integral, por lo tanto es mucho más frágil que una de harina blanca), enrollamos la masa en el palo de amasar y la colocamos sobre la tartera.

Para que la masa se ubique bien en la tartera y tome buena forma, primero tiramos el borde hacia adelante, ubicamos bien la masa en el ángulo que se forma entre la base y el borde, y aplastamos.

Para dejar el borde parejo podemos cortarlo con un cuchillo al ras o acomodarlo con los dedos.

Podemos utilizar esta masa para cualquier tipo de relleno. En este caso la hice de cebolla, puerro, espinaca, crema y huevo. Cocinar en horno a 180º (el tiempo va a depender del tipo de horno, el grosor de la masa y el tipo de relleno)

masatartaintegral17Antes de terminar la cocción gratiné con queso parmesano. También podría gratinarse con salsa bechamel o salsa blanca.

Bon appetite!

 

 

 

Incursionando en la #Pastelería #vegana

budinveganoOreomioVarias veces me preguntaron si puedo “adaptar” recetas de pastelería tradicional a la cocina vegana. No sigo una dieta vegana y por falta de tiempo y de información suficiente, pospuse la tarea de incursionar e investigar. Hasta ahora.

Por veganismo se entiende una dieta alimenticia sin productos de origen animal. Pero, además, hay un aspecto filosófico que consiste en llevar un estilo de vida basado en la ética y el respeto hacia todos los seres sintientes. Así, no sólo alcanza a la alimentación, sino al consumo de productos y subproductos provenientes de animales para la vestimenta y la higiene personal. Esta filosofía defiende los derechos de los animales, lo que implica también el repudio a toda forma de explotación, ya sea en los deportes, entretenimientos y pruebas de laboratorio, por nombrar sólo algunos.

Quienes practican la filosofía vegana no consumen carne animal ni sus derivados (leche, huevos, miel), ni usan pieles de animales ni productos cosméticos en los que se realicen pruebas con animales. Tampoco asisten a espectáculos como circos, zoológicos o acuarios.

Desde el punto de vista médico y nutricional, existen diversas posturas acerca de los beneficios y perjuicios de llevar una dieta vegana. Los veganos más responsables y que afirman sus beneficios señalan que se puede llevar una dieta vegana saludable siempre que sea equilibrada en los nutrientes que la componen y recomiendan la consulta a un profesional de la salud para realizar controles. Del otro lado, hay médicos y nutricionistas que indican que hay determinados nutrientes que necesitamos que no son producidos por nuestro organismo y que sólo se obtienen en cantidades suficientes consumiendo productos de origen animal.

Más allá de las razones científicas que avalen una u otra postura, como filosofía de vida y adorando a los animales en general y a mis mascotas en particular, coincido con muchas de las críticas que se realizan tanto a la industria alimentaria (críticas que provienen también de personas que no practican el veganismo) como a determinadas prácticas (corridas de toros, carreras de galgos, riña de gallos, zoológicos, etc). En especial (y no voy a extenderme porque hay mucha y muy buena información ya escrita) en todo lo referente al estado actual de la industria alimentaria y la forma de obtención de determinados productos. Pero no sólo de los animales y sus derivados, sino también lo relacionado con la contaminación ambiental en general, los pesticidas que se utilizan en los cultivos, etc.

A la hora de evaluar si elaborar o no un producto de características veganas, me puse a investigar en qué consiste esta cocina y de qué forma se realizan los reemplazos. Hay muchas cuestiones químicas que intervienen a la hora de elaborar determinada preparación (como la química de las claras y las yemas de los huevos) que me resultan aún complejas a la hora de pensar un producto de pastelería ciento por ciento vegano pero que resulte de consistencia y sabor similares a uno de pastelería tradicional (todavía no encontré una fórmula para elaborar merengue vegano, por ejemplo). Lo que si estoy en condiciones de afirmar es que un producto vegano es un producto saludable, por lo que, desde el punto de vista ético, puedo producirlo sin reparos.

Sobre la salubridad nutricional de una dieta vegana a largo plazo, no me considero en condiciones de brindar una afirmación todavía.

Hay muchos puntos a tener en cuenta como cocineros a la hora de la elaboración de recetas veganas. En principio solo me interesan el desafío que implican las de pastelería, donde me enfrento con algunos interrogantes químicos interesantes, que tienen que ver no con los sabores sino con la estructura y textura del resultado final. Una de las observaciones que hay que dejar aclaradas es que cuando hacemos reemplazos -por ejemplo, sustituir un huevo por semillas de lino y agua o bananas-, hacemos una sustitución gastronómica y no una sustitución nutricional, con lo cual, el resultado puede llegar a ser bastante similar pero sólo desde lo culinario y no desde lo nutricio.

Por eso para mi no se trata de buscar una receta en internet y probarla sino entender cómo funcionan los procesos internos que nos dan un determinado resultado final.

Hice tres recetas básicas y ya las probé, dos de las cuales quiero perfeccionar todavía más, y una está lista para ser compartida, mientras sigo con otras pruebas de texturas para otras elaboraciones. Se trata de una remake del clásico budín Quatre Quarts.

Budín de chocolate Oreo

Ingredientes

75 gr de harina de trigo

25 gr de fécula de maíz

25 gr de cacao amargo Oreo

5 gr de polvo para hornear

125 cm3 de aceite de girasol

125 gr de banana

125 gr de azúcar

Preparación

  1. Aceitar un molde de budín. Es conveniente colocar tiras de papel manteca que sobresalgan para facilitar el desmoldado (incluso cuando el molde sea de teflon)
  2. Precalentar el horno a 180ºC
  3. Batir el aceite con el azúcar e incorporar el puré de banana hasta lograr una crema homogénea y totalmente integrada
  4. Agregar los secos tamizados y mezclar hasta que queden totalmente integrados y sin grumos
  5. Volcar en el molde y llevar al horno
  6. Tiempo de cocción: aproximadamente 45 minutos o hasta que probando con un cuchillo o palillo salga seco
  7. Desmoldar y dejar enfriar sobre una rejilla

La parte más dificultosa es el punto de cocción, ya que si nos excedemos en el tiempo la corteza quedará demasiado crocante y el interior seco, y si falta cocción el centro quedará crudo. Luego de los 35 minutos se puede ir probando.

Se trata de un budín húmedo. Como el chocolate es fuerte el sabor de la banana es prácticamente imperceptible.

Bon appetite!

Agradecimiento

Va mi agradecimiento profundo a Sol Castelli por estimularme y plantearme el desafío!