Está por dar comienzo uno de los torneos más importantes del país y la emoción ya se hace sentir. Por eso, nos pareció una buena oportunidad para hablar sobre un tema del que siempre se opina: la unión del grupo.
Cuando hablamos de la unión del grupo nos referimos a la cohesión del equipo. El término “cohesión” se refiere a la propiedad que tienen algunas cosas para reunirse y permanecer unidas; en Física, concretamente, la cohesión se refiere a la fuerza de atracción que mantiene unidos determinados elementos. Durante la década de 1950, en Estados Unidos, autores como Festinger, Schacter y otros, definieron la cohesión como “el campo total de fuerzas que actúa sobre los miembros de un grupo para que permanezcan en él”. Esta definición fue evolucionando con el paso del tiempo y seguramente hay todavía mucho por investigar y por decir al respecto. En especial cuando analizamos nuestro rugby local.
Es frecuente escuchar que se atribuye el resultado de un partido a la forma en que los jugadores están funcionando como equipo, a cómo están en cuanto a su unidad, si se llevan bien entre ellos, si hay buena comunicación, si hay mucho “individualismo”… La pregunta es: ¿podemos atribuir los resultados de un equipo solo a la unión o cohesión de un grupo? Como veremos, las cosas no son tan simples…
Un equipo es más que un conjunto de jugadores; tiene elementos en común y fines comunes que le confieren “eso” que los hace más que la simple suma de sus miembros. Hay determinadas “fuerzas” que actúan en los integrantes de un equipo y que hacen que se mantengan unidos. Generalmente se menciona a las fuerzas de atracción del grupo y las fuerzas de control de los recursos.
Las fuerzas de atracción de un grupo tienen que ver con el deseo de cada uno de esos integrantes de pertenecer a ese equipo y que los lleva a relacionarse entre ellos, a interactuar unos con otros. El control de los recursos se refiere a los beneficios que puede obtener cada integrante por el mero hecho de pertenecer al grupo (por ejemplo, reconocimiento).
Pero esto solo no era suficiente. Con el tiempo y nuevas observaciones, se empezaron a señalar distintos aspectos de la cohesión hasta llegar a la cohesión de trabajo y la cohesión social.
La cohesión de trabajo tiene que ver con la forma en que los miembros de un equipo trabajan juntos para lograr un objetivo (por ejemplo, salir campeones). Cómo se llegue al objetivo va a depender del trabajo en equipo que realicen sus miembros, se alcance o no la meta.
La cohesión social, en cambio, es la forma en que los integrantes de ese equipo se relacionan unos con otros, como se llevan, si se caen bien o no, si comparten lazos de amistad, si salen juntos fuera de las actividades relacionadas con el deporte, si pueden solucionar sus problemas internos, si pueden capitalizar sus rivalidades, etc.
Por eso, volviendo a nuestra pregunta, cuando pensamos en un equipo y en su cohesión, es importante distinguir a qué aspecto de la misma nos estamos refiriendo. Puede darse el caso que un equipo gane aún cuando algunos de sus integrantes ni siquiera se hablen fuera de la cancha (cohesión social), siempre y cuando tengan claro y respondan debidamente a un objetivo común, como puede ser ganar un campeonato (cohesión de trabajo). Esto lo vemos claramente en otros deportes, en nuestro país, y también lo vemos en el rugby profesional, en otras ligas… Pero… la pregunta es si, en el rugby amateur, por sus propias características, tendría sentido que un equipo funcione “cohesionadamente” en cuanto a sus objetivos de trabajo, pero sin tener cohesión social. Parece muy difícil.
Ya en 1982, otro autor, Carron, tuvo en cuenta los dos aspectos mencionados y propuso una nueva definición, describiendo la cohesión como “un proceso dinámico reflejado en la tendencia de un grupo a no separarse y permanecer unido en la búsqueda de sus metas y objetivos”.
Ahora bien: hay factores que influyen y que afectan el desarrollo de la cohesión de un equipo. Son factores ambientales, factores personales, factores de equipo y factores de liderazgo. En otras notas nos iremos refiriendo a cada uno de ellos. A su vez, hay factores culturales que no pueden dejarse de lado a la hora de pensar en la cohesión de un equipo.
En nuestro rugby local los equipos son, en su mayoría, el resultado de años de trabajo juntos, donde sus integrantes suelen conocerse desde chicos, y donde el “trabajo en equipo” suele trascender lo meramente deportivo. Estos son aspectos culturales propios que forman parte de un concepto de cohesión que es particular a nuestra realidad. Podemos pensar que, uno de los objetivos de nuestros equipos locales de rugby es que el juego se desarrolle en un grupo unido, aunque en la práctica no sean todos amigos de todos.
En una interesantísima nota que publica Rugby Fun el 13.04.09, encuestaron a cada uno de los equipos que arranca el próximo sábado el torneo de la URBA. A todos se les preguntó cual consideraba que es el punto fuerte del equipo. Sobre 24 equipos, 12 respondieron que el punto fuerte del equipo era la unión del grupo (o un atributo asimilable, como puede ser la “entrega”). Esto nos habla de la importancia que tiene en nuestro rugby local el aspecto social de la cohesión. Podríamos pensar que, si la unión del grupo es el aspecto más fuerte para un equipo, para esos equipos que así lo consideran, la unión del grupo –la cohesión social- es un objetivo logrado y puesto al servicio del trabajo del equipo.
Tal vez el mejor ejemplo de lo que es conjugar las proporciones justas de cohesión social, cohesión de trabajo y cultura propia sean Los Pumas versión 2007. El objetivo de trabajo estaba clarísimo: salir campeones. A nivel social, en la cancha el equipo reflejaba lo que seguramente vivían a nivel interno: una alta dosis de compañerismo y pertenencia, un liderazgo respetado que se evidenciaba en la conducción del equipo adentro y fuera de la cancha, un equipo técnico donde cada uno hacía su trabajo sin buscar protagonismos personales. Y además, la convicción interna de cada uno de dar lo mejor de sí mismo, al ciento por ciento, sin mezquindades, para lograr el objetivo común.
Los Pumas 2007 es un equipo que merece estar en cualquier libro de Psicología del Deporte como ejemplo de lo que debe ser un equipo más allá de cualquier intento de definición teórica.
Tal vez de eso se trata la cohesión.
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Lic. Inés Tornabene
Psicóloga