En un reino de palabras vacías, de metonimia insufrible, de un perpetuo bla bla bla, a veces un «nada» cae con todo su peso, como la palabra mas plena y llena de significados posible.
Que contradictorio: si tuviera que traducirlo en un código binario, a veces un «nada» es un 1 y no un 0, a pesar que esa nada es el cero más absoluto.
Un «nada» que pasa a ser un todo repleto de vacío.