Es cierto, habría que hacer un juicio de responsabilidad, de rendición de cuentas a la vida, por ponernos delante sueños y después sacarnos la lengua o decirnos «que la inocencia te valga»…
Pero eso si, solo podríamos ser titulares de la acción después de haber dejado todo por nuestros sueños, de haber luchado, de habernos jugado, de haber puesto el corazón y el alma en el intento…